El tamaño del Universo – El sistema de Juan Fernández Macarrón

Uno de los principales problemas a los que han tenido que enfrentarse los astrónomos a lo largo de la Historia ha sido el tamaño del Universo. Sus proporciones son tan descomunales en comparación con nuestro entorno, que cualquier distancia parece enorme. Cuando querían poner sobre el papel la distancia que nos separa del Sol, el resultado era un número escalofriante: 149.597.870,691 kilómetros. Pero cuando querían expresar la distancia a otros cuerpos, los números resultaban sencillamente impracticables. Por ejemplo, la galaxia más cercana  está a 23.652.000.000.000.000.000 kilómetros. Eso, ¡no hay quien lo pronuncie!

Se buscaron nuevas formas de medida. Por ejemplo, se habló de la Unidad Astronómica (UA), que es la distancia que hay desde la Tierra hasta el Sol. Así pues, dos UA será el doble de la distancia que nos separa del Sol.  Pero, a cuántas UA se encuentra la galaxia que veíamos antes. Pues a  15.760.000.000.000 UA. Hombre, es verdad que el número es más manejable, pero sigue siendo una locura.

Así pues, se inventó otra unidad de medida: el año luz. Utilizaron como unidad la distancia que recorre la luz en un año. Y redujeron el número impronunciable de kilómetros que nos separa de Andrómeda a una cantidad más razonable: dos millones y medio de años luz.

Pues parece que los astrónomos han conseguido su propósito y ahora trabajan con unidades de medida más manejables. El problema es que todos los que no somos astrónomos, no nos enteramos de nada. Somos incapaces de imaginar cómo está de lejos algo situado a 150 UA de nosotros, o a 150 años luz de distancia. Estas unidades de medida no nos dicen nada. No tenemos referencias cercanas que nos ayuden a imaginar estas distancias. Así pues, muchos tuvimos que renunciar durante mucho tiempo a comprender el tamaño de nuestro sistema solar, de esta galaxia en la que vivimos o, por qué no, del mismísimo universo.

Y ha sido así hasta que el ingenio de un astrofísico español dio con la solución. Juan Fernández Macarrón (que así se llama este joven visionario) vive por y para la astronomía. Le encanta compartir sus conocimientos con los demás, instruir a niños y a adultos e invitarles a imaginar el universo con él. Pero siempre se encontraba con el mismo problema. Parecía que su público le acompañaba sin problemas cuando hablaba de la Luna, del Sol o de algunos planetas cercanos. Pero. En el momento en que saltaba distancias más largas, se encontraba solo. Nadie le seguía. No eran capaces de imaginar algo desconocido.

Así pues, ideó un sistema para hacer comprender estas grandes medidas. “Si la gente no puede imaginar estas grandes distancias astronómicas, tratemos de utilizar otras más familiares para ellos”. Y se puso a trabajar en esta línea. El resultado es sorprendente. Utilizando objetos cotidianos, como un garbanzo, una pelotita, granitos de azúcar, banderines o un campo de fútbol, consigue que cualquier persona (independientemente de su edad o conocimientos técnicos) comprenda el tamaño de nuestro sistema solar, de la galaxia o del propio universo.

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